Francesc Quintana: Tesorero

Hola amigos:

Soy Francesc Quintana, actualmente miembro de la Junta, Tesorero de la Asociación.

Es para mi una satisfacción colaborar en la tarea de ayuda y soporte a todos nuestros asociados que, como sabéis, es la finalidad última de A.P.A.T.

Yo también estoy afectado por esta desgraciada molestia que la clase médica, en general, no considera una auténtica enfermedad sino solamente un “síntoma” que hemos de soportar: ¡Qué mas da!

El hecho es que desde hace ya unos diez años, actualmente tengo 67, el tinnitus se a apoderado de mis oídos y de mi cabeza. Al principio se trataba de un “humilde” silbido que prácticamente sólo oía por las noches o en situaciones de silencio total que, durante el día, raramente se dan en una ciudad activa y ruidosa como Barcelona.

A lo largo de estos diez años aquel modesto silbido inicial ha ido aumentando su intensidad, variando sus tonos y ubicación. Actualmente parece haberse estabilizado de forma un tanto difícil de comentar y explicar, pero, para entendernos, diría que se trata de un fuerte zumbido que se apodera totalmente de mi cabeza y que parece emerger de mi oído derecho.

Dado que también, de forma paulatina pero continua, he ido perdiendo audición, especialmente en mi oído derecho, el último otorrino al que he acudido (tengo una larga lista de estos profesionales, generalmente poco interesados y atentos a nuestro problema) me soltó una frase que me desconcertó y que siempre recordaré ya que, hasta cierto punto, ha resultado ser verídica. “Está Vd. De suerte con su pérdida de audición”. A la vista de mi sorpresa me aclaró seguidamente que con la ayuda de un audífono podía no solamente mejorar mi audición sino también conseguir enmascarar, reducir la molestia del acúfeno. Y así ha sido. Gracias al audífono, que utilizo en el oído derecho, el ruido exterior, por decirlo de alguna manera, penetra con más intensidad en mi cerebro disminuyendo y “arrinconando” mi acúfeno hacia la otra parte de mi cabeza, es decir, hacia el oído izquierdo donde tengo la sensación de estar oyendo un grifo abierto que me produce un continuo siseo, mucho más fácil de soportar ya que me afecta como si de un ruido externo se tratara.

En fin, si he explicado mi problema con un cierto detalle es para que, conociendo mi caso, aquellos que “disfrutéis” también de pérdida de audición veais si podéis beneficiaros, aliviando vuestra molestia, del uso de un audífono.

Quedo a vuestra disposición para todo lo que pueda seros de utilidad o representar una ayuda en cualquier sentido.

Francesc Quintana,

Tesorero