Hábitos que dañan el cerebro

Hemos recibido una información que describe algunos hábitos que pueden dañar al cerebro. Se trata de una información que, en principio, nada tiene que ver con nuestra afección: los acúfenos. No obstante, dado que la mayoría de los investigadores y clínicos están de acuerdo en que los acúfenos crónicos se originan en el cerebro, concretamente en el área que procesa los estímulos sonoros, podría pensarse que cualquier hábito que dañe nuestro cerebro puede empeorar nuestra percepción del acúfeno, y por ello nos hemos decidido a recogerla en lo que sigue.

En la vida diaria existen algunos hábitos que dañan el cerebro, destruyendo las neuronas y disminuyendo sensiblemente la cantidad de las mismas:

No desayunar. Las personas que no desayunan tienen un bajo nivel de azúcar en sangre, lo que genera insuficiente suministro de nutrientes al cerebro causando su degeneración paulatina.

Comer demasiado. Es causa del endurecimiento de las arterias del cerebro, causando además baja capacidad mental.

Consumir altas cantidades de azúcar. El elevado consumo de azúcar interrumpe la absorción de proteínas y de nutrientes causando nutrición deficiente lo que puede interferir en el desarrollo del cerebro.

Contaminación del aire. El cerebro es el órgano mayor consumidor de oxígeno del cuerpo. La inhalación de aire contaminado disminuye su oxigenación generando una disminución de la eficiencia cerebral.

Dormir poco. El sueño permite descansar al cerebro. La falta de sueño en períodos prolongados acelera la pérdida de células del cerebro.

Dormir con la cabeza cubierta. Esta forma de dormir aumenta la concentración de dióxido de carbono y disminuye el oxígeno causando efectos adversos a nuestro cerebro.

Tener actividad cerebral cuando estamos enfermos. Trabajar y estudiar cuando se está enfermo, además de la dificultad del cerebro para responder en este estado, lo daña.

Falta de estímulos. Pensar es la mejor manera de estimular al cerebro; y no hacerlo provoca que el tamaño del cerebro se reduzca y, por lo tanto, se reduzca su capacidad.

No hay que dejar de practicar la conversación. Las conversaciones intelectuales promueven la eficiencia cerebral.

¿Por qué debemos consumir antioxidantes?

Un antioxidante, como su nombre indica, es un elemento capaz de retardar, prevenir o contrarrestar la oxidación, que en realidad es una reacción química de transferencia de electrones. Los oxidantes (humo del tabaco, contaminación, estrés, etc.) producen radicales libres que causan reacciones en cadena que dañan las células humanas. En los humanos los oxidantes causan estrés oxidativo y matan células. Se trata de un efecto que se ha relacionado con muchas enfermedades humanas. Las vitaminas C y E son antioxidantes utilizados como suplementos dietéticos con la esperanza de prevenir algunas enfermedades, entre ellas el cáncer.

Diez alimentos que favorecen la longevidad

Tomate. Antioxidante que ayuda en la prevención de distintas enfermedades, entre ellas el cáncer.
Aceite de oliva. Es el principal componente de la dieta mediterránea, ayuda al corazón.
Uvas rojas y vino tinto. Son antioxidantes y flavonoides que tienen efectos saludables para el corazón.
Ajo. Hay evidencias muy claras de efectos saludables en corazón y en cáncer.
Espinacas. Antioxidantes que ayudan a combatir el cáncer.
Los granos integrales. Contienen agentes contra el cáncer y sus fibras mejoran el tránsito intestinal.
Salmón. Rico en omega-3, que alivia muchas enfermedades conocidas, sobre todo cardiológicas.
Nueces, almendras y avellanas. Disminuyen el colesterol en sangre y aportan omega-3.
Arándanos. Tienen un alto contenido de antioxidantes.
. El verde y el negro tienen efecto positivo como antioxidantes.

Diez cosas que envejecen

Estrés, obesidad, insomnio, problemas cardiológicos y en el sistema inmunitario.
Falta de ejercicio físico. Causa efectos acumulativos en el cuerpo y algunos problemas de salud como diabetes.
No ejercitar el cerebro. El cerebro necesita desarrollar nuevos caminos todos los días.
Mala nutrición y exceso de peso. La falta de nutrientes equilibrados y el exceso de peso causan mala salud.
Fumar. Causa enfisema, cáncer de pulmón, rápido envejecimiento de la piel y trastornos cardíacos.
Actitud pesimista. Debilita el sistema inmunológico: sólo hay que mirar el lado bueno de las cosas.
No tener una relación estable. Los que se divorcian tiene un riesgo el 40 % mayor de tener una muerte prematura.
Alcohol. Beber con moderación ayuda a prevenir varios problemas en el corazón. Si se abusa, estas ventajas se pierden.
Estilo de vida. Los excesos en ejercicio físico y en trabajo, la falta de sueño nocturno y el estrés deterioran la salud.
No intentar cambiar para mejorar. Cambiar los malos hábitos adquiridos requiere tiempo, y si no se logra no hay que rendirse y hay empezar una y otra vez.