Ramón Martín: Vocal

Sorprendentemente y coincidiendo con una situación estresante debido a la muerte de un familiar, se presentó sin saber cómo, y se aposentó en mi cerebro sin saber hasta cuando, lo más parecido a una desordenada orquesta de pitidos disonantes que ha perpetuado en mí la ausencia del silencio, de la concentración, de la memorización, el trastorno del estado de ánimo, y sobre todo, el trastorno del sueño.

Según criterios médicos, su origen o la causa que lo provoca es inaveriguable; en mi caso particular, recae la sospecha en secuelas de dolencias insuficientemente tratadas durante el periodo de la infancia (corrían los años 40, años de muchos padecimientos). Es comprensible lo desagradable que le debe resultar a un profesional de la medicina (que ame su profesión) el no poder dar solución satisfactoria a los problemas de las personas afectadas de acúfenos que acuden a sus consultas.

Decepcionante es el estado de ánimo cuando les dicen, a la mayoría de los pacientes, que una de las mejores soluciones es hacer caso omiso al problema, aceptar la convivencia, y a poder ser amistosamente con el tinnitus, Es decir, relacionarse amorosamente con quien nos está torturando noche y día sin cesar.

Admitamos la veracidad de que hoy por hoy no se vislumbra solución alguna a la complejidad de estas molestias. Pero ¿se investiga lo suficiente sobre el origen de estos síntomas? ¿Se emplea la suficiente tecnología científica, el suficiente personal y tiempo? O… el tema por el mero hecho de no ser visible ni audible, ¿carece de importancia?.

Por la parte que concierne a la Administración, ¿ se dedica el suficiente presupuesto económico? ¿ o se espera que sean otros los que inviertan e investiguen?. Nos queda A.P.A.T. “ASOCIACIÓN DE PERSONAS AFECTADAS DE TINNITUS”, creada sin ánimo de lucro, comprometida en impulsar el conocimiento de estos síntomas, con el objetivo de dar  información clara sobre los descubrimientos que se vayan produciendo y vayamos recibiendo de los correspondientes centros de investigación, así como dar y recibir recíprocamente la comprensión y el soporte que necesitamos, e invertir la desesperación que en algún momento nos invade, en la esperanza de que más pronto que tarde se halle algún producto fiable que palie este problema.

No somos muy exigentes, tan sólo buscamos y necesitamos, UN POCO DE SILENCIO.

Ramón Martín,

Vocal.