Tinnitus y dolor crónico

Autores: Markus Ploner de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y Josef Rauschecker del Centro Médico de la Universidad de Georgetown. Información facilitada por la TUM. Traducción Mercedes Delclós.

El tinnitus y el dolor crónico tienen algo más en común que su habilidad para afectar a millones de personas con la experiencia muy real de sensaciones “fantasma”. Los científicos observaron semejanzas entre los dos problemas hace ya más de treinta años. Hoy día los avances en las imágenes sobre el cerebro y sus técnicas asociadas han capacitado a los investigadores para empezar un seguimiento en sus bases estructurales y funcionales, revelando lo que parece ser como un sistema de entrada o de puerta central implicado en el dolor crónico y en el tinnitus.

Los colaboradores de la Universidad Técnica de Munich (TUM) y del Centro Médico de la Universidad de Georgetown integran los últimos descubrimientos en un modelo de enfermedad de los dos trastornos en la revista Trends in Gognitive Sciences (Tendencias en las ciencias cognitivas).

Las personas que padecen tinnitus oyen sonidos que no están ahí, normalmente descritos como un sonido o zumbido “en los oídos”, incluso cuando tales percepciones aparecen claramente en el cerebro. La pérdida auditiva se asocia a menudo con el tinnitus pero no lo representa adecuadamente. Es más, no todo el mundo con problemas en los nervios de la cóclea o en los circuitos auditivos corticales padece tinnitus. Una hipótesis sugiere que el factor decisivo es si un sistema cognitivo de un nivel más alto responsable de “desconectar” las señales sensoriales negativas está funcionando normalmente.

Esta visión del tinnitus fue presentada como un cambio de paradigma por las personas que trabajaban en este campo, cuando se propuso por primera vez en 2010 por el catedrático Josef Rauschecker, director del Laboratorio para la Neurociencia Integrativa y la Cognición en la Universidad de Georgetown y su colega Hans Fischer del Instituto TUM para Estudios Avanzados. Una creciente evidencia ha fortalecido el caso ya que las técnicas avanzadas permiten estudiar cambios en el cerebro con más alta resolución.

Lineas de convergencia de investigación

Una colaboración estrecha entre el Laboratorio de Rauschecker y el Laboratorio del Dolor de Munich, dirigido por Markus Ploner, profesor de la TUM, ha extendido esta investigación al terreno común de lo que el tinnitus comparte con el dolor crónico. Y ese terreno común tiene ahora su localización en el cerebro. Los cambios estructurales y funcionales en el mismo circuito del cerebro —incluyendo el córtex prefrontal ventromedial y el núcleo accumbens— pueden abrir la entrada al tinnitus y al dolor que persiste después de una causa grave.

La lista de técnicas que han contribuido a este estudio es larga y quizás suena un poco a esotérico, incluyendo la imagen de resonancia magnética funcional, la morfometría basada en el voxel, el término de sesgo arterial, la tomografía de emisión de positrón y la imagen de tensor de difusión, así como la electroencefalografía y la magnetoencelografía. Los resultados de estas aproximaciones diversas —que miden esencialmente las características estructurales tales como el volumen de la materia gris y las propiedades funcionales tales como la función de red— han sido correlacionados e interpretados a la luz de los estudios neuroquímicos.

Nuevos conocimientos y una esperanza prudente

En su nuevo trabajo, Rauschecker y Ploner, junto con las investigadoras postdoctorales Audrey Maudoux (Georgetown) y Elisabeth May (TUM), presentan una copiosa evidencia de que las estructuras similares y los sistemas funcionales están implicados en el tinnitus y en el dolor crónico, y probablemente juegan un papel central en ambos. En las regiones sospechosas se ha observado una pérdida significativa de materia gris y de función en los circuitos comprometidos, con un considerable solapamiento entre los cambios neurológicos en los pacientes de tinnitus y de dolor crónico.

Todas estas áreas son también importantes para evaluar y modular las experiencias emocionales, dice Rauschecker. “Estas áreas actúan como un sistema de entrada central para las percepciones, lo que determina el valor afectivo de los estímulos sensoriales —si están producidos externa o internamente— y modula el flujo de información en el cerebro. El tinnitus y el dolor crónico se producen cuando este sistema es comprometido o puesto en peligro”.

Los investigadores proponen que este sistema de entrada, identificado recientemente, determina la relevancia y el valor afectivo de los estímulos sensoriales y controla que la información fluya por los caminos asociados con las así llamadas funciones ejecutivas. El proceso, dicen, está controlado por dos neurotransmisores importantes: la dopamina y la serotonina. Un daño en este sistema, argumentan, afecta a la percepción de las señales sensoriales de tal manera que el tinnitus o el dolor crónico pueden desarrollar y acarrear un bucle que se perpetúa a sí mismo.

Hacen hincapié en que aún hay un número de cuestiones abiertas, particularmente en relación con las intervenciones clínicas potenciales. Pero ven razones para ser optimistas cautelosamente. Una mejor comprensión podría llevar a una evaluación estandarizada del riesgo de los individuos a desarrollar un tinnitus crónico y un dolor crónico. Esto podría abrir el camino para una acción preventiva y un tratamiento hecho a tiempo, incluyendo, por ejemplo, terapia de comportamiento cognitivo, fisioterapia y farmacoterapia.

“Sin embargo —Markus Ploner añade—, una mejor comprensión podría permitir no sólo un tratamiento temprano, sino también un tratamiento más individual y dirigido con estrategias novedosas existentes también, tales como la terapia dopaminérgica”. Ploner es neurólogo consultor en TUM, así como catedrático asistente de investigación en el dolor humano en Heisenberg Tenure Track .

Esta investigación ha sido financiada con becas a J.R. por el el Instituto Nacional de la Salud en USA, la Asociación Americana de Tinnitus, la Fundación Skirball, la Iniciativa de investigación del Tinnitus y el Consorcio de Investigación del Tinnitus; y a A.M. por la Fundación Educacional Americana de Bélgica (BAEF) y por la Fundación de investigación Alemana (DFG).