Mindfulness y acúfenos: trabajar con consciencia plena

MINDFULNESS Y ACÚFENOS: TRABAJAR CON CONSCIENCIA PLENA

Elisenda Mas Altayó, Psicóloga General Sanitaria

Ya sea como origen o como consecuencia del acúfeno, la ansiedad, la depresión, el estrés, etc., hacen acto de presencia, resultando tremendamente difícil de llevar para la persona que lo padece. Para una importante parte de la población, la aparición y el diagnóstico del acúfeno ha resultado ser una experiencia traumática al no encontrarse con la respuesta esperada ni por parte de los profesionales ni de la misma familia y amistades, que a veces les resulta difícil de imaginar por lo que está pasando la persona afectada. La búsqueda de información a menudo tampoco da los frutos esperados, llegando a ser incluso más perjudicial para su equilibrio psicológico, dado que se encuentra con comentarios poco esperanzadores o, directamente, destructivos. «No hagas caso» dirán, con la mejor de las intenciones, las personas próximas al afectado. Pero la información ya ha hecho mella en él/ella y mil pensamientos abordan su mente entrando en un círculo vicioso que no hace más que crecer.

En ese punto ya no se puede pensar con claridad, la mente se desborda y la persona afectada se siente perdida y colapsada. Muchos de los pacientes que acuden a terapia se encuentran en este punto buscando, no solo asesoramiento para trabajar sobre el acúfeno, sino también ayuda para ordenar sus pensamientos y tratar los efectos psicológicos que el proceso ha destapado. Una de las técnicas que usamos en sesión y la que ocupa este artículo es el mindfulness.

Cada vez son más las técnicas terapéuticas orientales que se hacen un lugar en la medicina occidental. Ya no nos resulta raro oír hablar del yoga, del tai chi o de la acupuntura e, incluso, seguro que más de uno ha recurrido alguna vez a técnicas ancestrales. La psicología no se ha quedado atrás y ha incorporado técnicas basadas en el budismo y la meditación, como el mindfulness.

El mindfulness se ha traducido a nuestro idioma como atención plena o consciencia plena. Aunque sus definiciones son varias según el autor, nos quedamos con la que dio Cardaciotto (2005): el mindfulness es la tendencia a ser conscientes de las propias experiencias internas en un contexto de aceptación de esas experiencias sin juzgarlas (Vásquez-Dextre, 2016). La atención plena trata de cambiar el vivir en modo piloto automático a hacerlo de una manera más presente y, así, más plena y satisfactoria, ya que la atención plena tiene que ver con la calidad de la consciencia con la que vivimos (Miró, 2006).

La base del mindfulness es la meditación, que se define como el proceso a través del cual, la persona se hace consciente de lo que está sucediendo en cada instante en su cuerpo y en su mente, aceptando las experiencias que se van presentando tal y como éstas son (Vásquez-Dextre, 2016). El objetivo de la meditación es aliviar el sufrimiento y mejorar la convivencia, por medio del dominio de los estados aflictivos y del desarrollo de las cualidades positivas. Es decir, tiene como fin la eliminación del sufrimiento y demás emociones destructivas, consiguiendo, así, volver a tomar las riendas de nuestros pensamientos y de nuestra vida.

Para entender mejor el concepto, podemos desgranar el mindfulness en cinco componentes (Pérez & Bo-tella, 2006):

  • Atención al momento presente: evitar centrar la atención tanto en el pasado como en el futuro (anticipaciones, expectativas) y concentrarse en el presente, en el momento actual, tanto sea a nivel interno (cuerpo, mente) como externo (sensaciones, sentimientos).
  • Apertura a la experiencia: capacidad de observar la experiencia sin interponer el filtro de las propias creencias (Vásquez-Dextre, 2016). Usar el concepto de mente del principiante para poder experimentar las sensaciones como si fuera la primera vez. Por ejemplo, podríamos imaginar que somos unos extraterrestres que ven por primera vez una uva pasa. Seguramente pondríamos todos nuestros sentidos en marcha: miraríamos su color y su forma, tocaríamos su textura pegajosa, oleríamos su fragancia dulzona y, finalmente la probaríamos, llenándonos la boca de su dulzura y tacto suave. Estaríamos concentrados en esta tarea y no nos abordarían pensamientos que estuvieran fuera de esa pasa y de nuestros sentidos.
  • Aceptación: es la experimentación de forma plena y sin defensas de ningún tipo de los eventos vitales (Hayes, 2004). Lo más importante en la aceptación es identificar las defensas a las que se recurre y que in-curren a conductas desadaptativas, que en un primer momento intentan hacer que no suframos por situaciones perturbadoras pero que llevan a desestabilizarnos física y mentalmente. Si aceptamos que las experiencias son transitorias y ocasionales, viviremos de manera más plena y feliz.
  • Dejar pasar: deshacernos de la idea de que cuanto más abarcamos y más controlamos, más felices somos. Esa idea choca frontalmente con la realidad de la temporalidad de las cosas (Vásquez-Dextre, 2016). Se trata de desprenderse de aquello a lo que nos aferramos con la idea de tener una falsa sensación de seguridad.
  • Intención: cuando se está practicando la consciencia plena no se debe tratar de conseguir nada de forma inmediata, simplemente se debe participar de la experiencia con atención plena. Es decir, no debemos centrarnos en lo que conseguimos o no, sino simplemente disfrutar de ese momento mindfull y de lo que sentimos.

El objetivo de ese cambio mental hacia la atención plena es conseguir llegar a un estado de tranquilidad, en el que la mente tiene un alto nivel de coherencia consiguiendo, así, sentir conexión, apertura, armonía, compromiso, receptividad, emergencia (las cosas parecen nuevas, frescas y llenas de vida), compasión y empatía (Siegel, 2012).

Si la persona que sufre acúfenos llega a este estado sentirá su vida más plena y verá incrementada su energía de forma exponencial para poder trabajar sobre sus miedos, sus angustias y sus prejuicios. Enfrentarse, entonces, al acúfeno con ayuda profesional, le será más llevadero dado que habrá crecido su capacidad de cambiar, de escuchar y de enfrentarse a sus problemas.

Referencias bibliográficas

Hayes, S. C. (2004). Acceptance and Commitment Therapy, Relational Frame Theory, and the Third Wave of Behavioral and Cognitive Therapies. Behavior Therapy, 639-665.

Miró, M. T. (2006). La atención plena (mindfulness) como intervención clínica para aliviar el sufrimiento y mejorar la convivencia. Revista de Psicoterapia, 31-76.

Pérez, M. A., & Botella, L. (2006). Conciencia plena (mindfulness) y psicoterapia: Concepto, evaluación y aplicaciones clínicas. Revista de Psicoterapia, 77-122.

Siegel, D. J. (2012). Mindfulness y psicoterapia: Técnicas prácticas de atención plena para psicoterapeutas.

Barcelona: Paidós.

Vásquez-Dextre, E. R. (2016). Mindfulness: Conceptos generales, psicoterapia. Revista de Neuro-Psiquiatría, 42-51.