Tipos de trauma acústico
Si existen síntomas de trauma acústico, debe diferenciarse entre trauma ocurrido súbitamente y trauma consecuencia de percibir ruidos intensos durante largos períodos de tiempo. Son dos tipos distintos de trauma acústico que pueden requerir tratamientos distintos.
¿Quiénes están en riesgo de sufrir un trauma acústico?
Las personas con un riesgo elevado de sufrir trauma acústico son:
Trabajadores de industrias con equipos ruidosos por largos períodos de tiempo, trabajando sin protección acústica.
Vivir en ambientes muy ruidosos.
Asistir con frecuencia a conciertos o a eventos similares con música a elevada intensidad.
Militares en acción.
En general, todas las personas que están continuamente en ambientes ruidosos de alta intensidad sin protección acústica, cuando se trata de ruidos que superan los 85 decibeles.
Para poder saber si el ruido escuchado habitualmente supera los 85 decibeles, es una buena medida que el doctor le haga escuchar un ruido de esta intensidad para que tenga un idea de la misma, que le permitirá decidir si el ruido que escucha habitualmente supera dicha intensidad. Por debajo de 70 decibeles, que es el nivel promedio estimado de una conversación en grupo, no hay riesgo de trauma acústico.
Hay tres factores a tener en cuenta en cuanto a la exposición al ruido que pueden influir en el trauma acústico:
La intensidad del sonido medida en decibeles.
La frecuencia del sonido medida en hertz. Las frecuencias agudas (altas) son más dañinas que las frecuencias graves (bajas).
El tiempo total en el que una persona está expuesta al sonido.
Síntomas de un trauma acústico
El síntoma de un trauma acústico más común es la pérdida auditiva. La agresión tiene lugar al nivel del oído interno. Las células ciliales (que transforman la vibración ocasionada por el sonido en una corriente que llega al cerebro) pueden perder su conexión con las neuronas responsables de la audición. Las estructuras del oído también pueden ser dañadas por ruidos muy intensos. Ruidos por encima de 130 decibeles pueden dañar el órgano de Corti que es el micrófono natural del oído.
Tenemos testimonios de personas que han sufrido tinnitus como consecuencia de la percepción continuada de ruidos de elevada intensidad, e incluso casos de tinnitus generados por la exposición al ruido intenso en una sola ocasión.
La agresión acústica puede dañar el tímpano y sus músculos tensores. En la mayoría de los casos de daño en el oído interno, se empieza a tener dificultades para percibir los sonidos de alta frecuencia (agudos), y la dificultad para percibir los sonidos de baja frecuencia (graves) ocurre posteriormente. Por ello, el facultativo debe hacer un test sobre las respuestas a distintas frecuencias del sonido para determinar la extensión del trauma acústico.
Uno de los más importantes síntomas producidos por el trauma acústico es el tinnitus, que es la percepción de un sonido que no tiene una fuente exterior que lo produzca. La naturaleza del sonido del tinnitus es muy variada, ya que la persona puede asimilarlo a silbidos, ruido de máquinas funcionando, ruido de escapes de gases, etc.
Las personas cuyo tinnitus es de intensidad baja o moderada solo lo perciben en espacios silenciosos, ya que cualquier ruido habitual enmascara su percepción. Cuando la intensidad es elevada la percepción del tinnitus es continuada y la persona precisa ayuda profesional para superar la situación.
Algunos tinnitus pueden ser consecuencia de los efectos secundarios de un fármaco o generados como respuesta al estrés de la persona. En todos estos casos el tinnitus es un precursor del trauma acústico aunque no haya sido inducido por sonidos de intensidad elevada. El tinnitus puede ser temporal o continuo y crónico. Este último tipo de tinnitus induce a sospechar la existencia de un trauma acústico.
Diagnóstico del trauma acústico
El doctor preguntará a que tipo de ruidos el paciente ha estado expuesto a lo largo de su vida, y la respuesta será una ayuda para el diagnóstico. Habitualmente realizará un test conocido como audiometría para detectar signos de trauma acústico, en el que el paciente será expuestos a sonidos cuya intensidad y frecuencia irán variando para conocer con seguridad lo que el paciente puede o no puede entender.
Tratamiento del trauma acústico
La pérdida auditiva puede ser tratada pero no curada. El doctor puede recomendar el empleo de audífonos. También se dispone de implantes cocleares que tratan de reforzar la acción de la cóclea dañada por el trauma acústico, y que requieren una intervención. El doctor recomendará la utilización de protecciones acústicas de las que existen distintos tipos. Estas protecciones son parte del equipo de protección que las empresas deben ofrecer a los trabajadores que están en áreas muy ruidosas por largos períodos de tiempo.
El doctor podrá prescribir algunos fármacos en casos de trauma acústico agudo. Al margen de todo ello prescribirá protección para el ruido para evitar el empeoramiento del trauma acústico.