En estas páginas hemos explicado en varias ocasiones la naturaleza de las terapias cognitivo conductuales (TCC) y su aplicación al tratamiento del tinnitus. Véase Apat42 y Apat44 en las que explicamos en qué consisten las TCC. Su utilización, en espera de que la medicina encuentre una solución que nos permita liberarnos del tinnitus, ha permitido a muchas personas afectadas aprender a convivir con el tinnitus de forma que su calidad de vida se vea poco o nada afectada.
En la actualidad, no se conoce un tratamiento específico para el tinnitus que resulte satisfactorio para todos los pacientes, lo que justifica el interés de conocer las TCC.
Al margen de las TCC, se dispone de varias terapias que pueden beneficiar a determinados pacientes. Así, muchos pacientes que sufren de tinnitus y también presentan una deficiencia auditiva significativa encontrarán beneficioso el uso de un audífono. No sólo será de ayuda para su discapacidad auditiva, sino también para reducir la gravedad del tinnitus.
Se han propuesto una gran variedad de terapias para el tratamiento de los síntomas de tinnitus. Las intervenciones farmacológicas usadas incluyen cortisona, vasodilatadores, benzodiacepinas, lidocaína y fármacos espasmolíticos. El uso de antiepilépticos para el tratamiento del tinnitus es el tema de una próxima revisión Cochrane. Los antidepresivos se prescriben comúnmente para el tinnitus. Sin embargo, dos revisiones de distintos artículos publicados sobre el particular mostraron que no existen pruebas para afirmar que los antidepresivos tricíclicos tienen un efecto beneficioso.
Aunque varios estudios han sugerido que el Ginkgo biloba puede ser beneficioso para el tratamiento del tinnitus, una revisión Cochrane indicó que no hubo pruebas acerca de que este extracto sea eficaz si el tinnitus es el trastorno primario.
La oxigenoterapia hiperbárica puede mejorar el suministro de oxígeno al oído interno que, según se sugiere, puede dar lugar a una mejoría del tinnitus, sin embargo, una revisión Cochrane no encontró pruebas suficientes para apoyar este hallazgo.
Otras opciones para el tratamiento de los pacientes con tinnitus incluyen estimulación magnética transcraneal, enmascaramiento del tinnitus (uso de generadores de ruido blanco), distintas terapias sonoras, musicoterapia, reflexología, hipnoterapia y medicina tradicional china , incluida la acupuntura.
Las TCC se desarrollaron originalmente como un tratamiento para la depresión y posteriormente, se utilizaron para la ansiedad, el insomnio y el dolor crónico. Obviamente no es un tratamiento invasivo, ya que consiste en un tratamiento psicológico estructurado y de tiempo limitado. Generalmente, se ofrece de forma ambulatoria con 8 a 24 sesiones semanales. Se trata de que el paciente utilice tareas conductuales y cognitivas para modificar su respuesta a pensamientos y situaciones. Existen en la actualidad una amplia gama de trastornos psicológicos para los cuales la TCC tiene un fundamento basado en pruebas, incluidos ansiedad, insomnio y dolor crónico. El uso de relajación, reestructuración cognitiva de los pensamientos y exposición para exacerbar las situaciones a fin de promover habituación puede beneficiar a los pacientes con tinnitus, como puede hacerlo el tratamiento de los trastornos psicológicos asociados.
El tinnitus puede concebirse como el fracaso para adaptarse a un estímulo y, en este sentido, puede considerarse similar a los estados de ansiedad.
La TCC está basada en el empirismo colaborador, en el cual el paciente y el terapeuta pueden observar mediante hipnosis los pensamientos aterradores del paciente para examinarlos críticamente y probarlos. En la práctica de la TCC se logra generar una comprensión de la conexión entre los pensamientos y los sentimientos que surgen de un evento y se usa esta información para comprender las creencias centrales, y modificar estas cogniciones y las respuestas conductuales y cognitivas mediante las cuales se mantienen normalmente. En el tratamiento se utilizan educación, discusión de las pruebas a favor y en contra de las creencias, modificación de imágenes, manipulaciones atencionales, exposición a estímulos de temor y técnicas de relajación. Se utilizan las asignaciones conductuales y cognitivas que prueban creencias. Se identifican las dificultades y los obstáculos potenciales, y se establecen metas alcanzables para experimentar un resultado satisfactorio y, por consiguiente, terapéutico.
Originalmente desarrollada como un tratamiento para la depresión, existe en la actualidad una amplia gama de trastornos psicológicos para los cuales la terapia cognitivoconductual tiene un fundamento basado en pruebas, incluida ansiedad, insomnio y dolor crónico (Hawton 1989). El uso de relajación, reestructuración cognitiva de los pensamientos y exposición para exacerbar las situaciones a fin de promover habituación puede beneficiar a los pacientes con tinnitus, como puede hacerlo el tratamiento de los trastornos psicológicos asociados.
Hemos visto en Cochrane Database of Systematic Reviews una revisión de los ensayos publicados referentes a las TCC, cuyo propósito ha sido evaluar si la esta terapia es eficaz en el tratamiento de los pacientes con tinnitus.
La revisión incluye 8 ensayos con un total de 468 pacientes. El análisis de los datos aportados por los 8 estudios no mostró efectos significativos en la reducción del volumen percibido del tinnitus. Sin embargo, se encontró una mejoría significativa tanto de la depresión como de la ansiedad asociadas al tinnitus y asimismo de la calidad de vida, lo que puede considerarse como una disminución de la gravedad general del tinnitus, lo que sugiere que la TCC tiene un efecto positivo en la manera en que las personas se enfrentan el tinnitus.
La revisión también incluye el estudio de la prevalencia, señalando que los informes sobre los datos epidemiológicos son escasos. En este punto es oportuno constatar que en España no se conocen estudios sobre la prevalencia del tinnitus.
El estudio más amplio fue realizado en el Reino Unido por el Medical Research Council Institute of Hearing Research y se publicó en 2010. Este estudio longitudinal sobre la audición encuestó a 48.313 personas; un 10,1 % indicó que el tinnitus surgía de forma espontánea y duraba cinco minutos o más y un 5,1 % lo describió como una sensación molesta moderada o grave. Sin embargo, sólo un 0,5 % informó que el tinnitus afectaba sus vidas de forma grave. Ésta es otra de las paradojas del tinnitus: el síntoma es muy común, pero no genera ninguna preocupación particular en la mayoría de las personas que lo padecen. Estas cifras del Reino Unido son totalmente coherentes con los datos recopilados por la American Tinnitus Association (ATA) que indican que cerca de 50 millones de estadounidenses pueden padecer tinnitus, o un 17 % de la población de EE.UU. (ATA 2004). También hay datos de Japón, Europa y Australia, y las estimaciones indican que el tinnitus afecta a un porcentaje similar en esas poblaciones y del 1% a 2 % tiene tinnitus debilitante. El Oregon Tinnitus Data Archive contiene datos sobre las características del tinnitus obtenidos de una muestra de 1.630 pacientes con tinnitus. Los grupos etarios con mayor prevalencia son los de entre 40 y 49 años (23,9 %) y entre 50 y 59 años (25,6 %).
Para resumir, sugerimos a los pacientes con tinnitus que han realizado distintos tratamientos sin resultados positivos, consideren la posibilidad de realizar una TCC, para lo que precisan la ayuda de un terapeuta, generalmente un psicólogo, preferentemente que conozca el problema del tinnitus.