Tratamiento

Se recomienda que la persona que se ve afectada por un acúfeno acuda en primer lugar al otorrino, para determinar si existe algún trastorno en el oído (medio o interno) que se pueda identificar como causa del acúfeno. En este supuesto el acúfeno podrá ser diagnosticado y tratado con posibilidades de éxito.

Cuando no se identifica trastorno alguno cabe pensar que el origen del acúfeno no se encuentra en el oído, sino que está en el área del cerebro que procesa las señales sonoras. En ello hay un consenso prácticamente total; el acúfeno cualquiera que haya sido su causa (traumatismo craneal, fármaco ototóxico, exposición continuada al ruido exterior intenso, etc.), y aun cuando esta causa haya cesado, provoca una hiperactividad neuronal permanente que se manifiesta como un ruido que no existe, pero que la persona percibe. La comprobación de que existe esta hiperactividad neuronal se hace mediante el empleo de la resonancia magnética. Se piensa que los afectados por acúfenos por causas neurológicas superan ampliamente a los afectados por acúfenos generados en el oído.

Hay muchos ejemplos de ello. En afectados cuyo acúfeno ha sido generado por un fármaco ototóxico, como un salicilato, el acúfeno sigue aunque dejen de tomar el fármaco. El acúfeno también persiste en otros afectados en los que éste se originó por exposición de carácter laboral a ruidos muy intensos (talleres mecánicos), aún cuando los afectados, ahora jubilados, ya no están expuestos a tales ruidos. Otro caso muy común es el de los músicos y cantantes por motivos similares.

Por consiguiente, hemos pasado de considerar el acúfeno un problema acústico a considerarlo un trastorno neurológico. En este sentido se orientan actualmente prácticamente la totalidad de las investigaciones.

Como consecuencia de este enfoque en la investigación se han desarrollado instrumentos para compensar o anular dicha hiperactividad neuronal. Iniciamente estos instrumentos eran invasivos, ya que se precisaba que su implantación fuera interna; pero en la actualidad los enfoques son hacia instrumentos externos no invasivos. Tenemos noticia del neuroestimulador desarrollado en la Universidad de Jülich, en Alemania, que se comercializa y utiliza ampliamente en dicho país. En el momento de redactar este texto no tenemos noticias de que en España esté autorizado. Tenemos disponible más información sobre dicho instrumento, que podemos facilitar si la solicitan a: (borojim@telefonica.net).

Un antecedente de lo anterior ha sido, y sigue siendo la TRT Tinnitus Retraining Therapy, cuya idoneidad y detalles de su aplicación práctica debe establecer el médico en cada caso particular.

Se han propuesto distintos fármacos como parte de un tratamiento neurofarmacológico. En la actualidad se trata con pregabalina, mirtazapina y gabapentina; y está en curso un ensayo clínico con neramexane. La pregabalina es un antiepiléptico empleado en el trastorno de ansiedad generalizada, que reduce la intensidad del acúfeno y no produce tolerancia ni adicción. La mirtazapina es un antidepresivo con efecto sedante que rebaja de forma notoria el tono del acúfeno y no produce tolerancia ni adicción. La gabapentina es un antiepiléptico indicado en el tratamiento del dolor neuropático.

Cabe advertir al lector que la decisión de iniciar tratamiento con cualquier fármaco o técnica corresponde exclusivamente al médico.

Finalmente, cabe destacar el tratamiento psicológico de habituación a los acúfenos. Se trata de superar las consecuencias psicológicos de los acúfenos: ansiedad, depresión, insomnio, malhumor, etc., de forma que aunque el acúfeno siga existiendo su percepción no sea aversiva. Sobre este tratamiento se puede encontrar amplia información en otras páginas de esta web.