EL EFECTO PLACEBO

El poder de la mente para influenciar la curación de un determinado trastorno ha sido conocido de forma intuitiva hace mucho tiempo, como dejó escrito el médico griego Hipócrates (460-370 antes de Cristo), aunque no fue hasta la década de los 50 del siglo XX que la noción del efecto placebo tuvo gran difusión y gran aceptación, al considerar que el poder de las creencias del paciente podía influir en el éxito de un determinado tratamiento médico.

Un trabajo sobre el placebo publicado por el Dr. Henry Beecher, un anestesiólogo de la Harvard Medical School, con el título El poder del placebo fue determinante. Realizó una revisión de 15 estudios publicados sobre este tema, que afectaban a 1.082 pacientes en total, el 35 % de los cuales se beneficiaron del efecto placebo como parte de su tratamiento. Se publicó en 1955 en Journal of the American Medical Association, y tuvo una notable influencia. Pese a recibir muchas críticas, el trabajo del Dr. Beecher consolidó la creencia de que la importancia de la expectativa y de la fe del paciente pudieran conseguir resultados positivos en distintos tratamientos médicos.

Tratamientos como la hipnosis, acupuntura, cirugías simuladas y otros, que persuaden al paciente de que pueden resultarle efectivos, se cree que lo son gracias al efecto placebo. Una demostración contundente de los resultados del efecto placebo aparece al sustituir en un tratamiento farmacéutico píldoras pequeñas con gusto dulce, por píldoras amargas o ácidas de gran tamaño.

Hay dos tipos de placebos:

– El placebo puro, como píldoras azucaradas o con una solución salina de las que no se espera efecto farmacológico alguno.

– El placebo impuro, fármacos con efecto farmacológico conocido en patologías distintas de la que se está tratando, como vitaminas o antibióticos en infecciones virales.

Aunque hay mucho que desconocemos sobre la habilidad de la mente para curar, con tecnología de imágenes del cerebro se han verificado los efectos fisiológicos del placebo. Es seguro que al tomar el placebo como analgésico o calmante, la actividad cerebral de las partes del cerebro implicadas en el dolor decrece.

En resumen, si usted cree firmemente que algún fármaco o algún tratamiento es efectivo en un tratamiento determinado, es posible que su creencia consiga que pueda obtener resultados positivos.

La medicina no es solamente una ciencia, también es un arte. No consiste solamente en un compendio de píldoras y de tratamientos, tiene que ver con los procesos de la vida misma, que deben ser conocidos para obtener resultados.

Paracelso, médico suizo, nacido en Zurich el año 1493 y considerado el padre de la toxicología

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En el estudio del tratamiento del tinnitus con el fármaco sulodexida descrito anteriormente, los pacientes asignados al grupo de control recibieron un placebo a diferencia de los asignados al grupo de estudio que recibieron el fármaco sulodexida. Los resultados apreciados en el grupo de control informan de una mejora en la percepción de su tinnitus, aunque fuera menor que la obtenida por los pacientes del grupo de estudio.