El trastorno psicológico consecuencia de los acúfenos

El trastorno psicológico consecuencia de los acúfenos Abordamos en lo que sigue el problema capital de los efectos morales o mentales de los acúfenos que, en definitiva, toma la dimensión y la importancia que el afectado estima oportuno concederle.

Es evidente que este problema capital no aparece en el caso de acúfenos temporales, sino que es propio de los pacientes con acúfenos duraderos o crónicos; aunque es preciso puntualizar que no hay informaciones concluyentes para calificar un acúfeno como crónico. Algunos hablan de 4 a 6 meses, otros dicen que a los 3 meses, etc. pero nadie es capaz de concretar de forma indiscutible.

En el momento de aparecer el acúfeno puede llegar acompañado de una estado de ansiedad debido en la mayor parte de los casos al desconocimiento del desarrollo futuro del propio acúfeno: ¿se irá por sí sólo? ¿se empeorará? ¿me hará la vida imposible?, etc. En algunos casos puede haber un periodo de cólera e incluso de agresividad: ¿porqué me ha llegado a mí este acúfeno?

Los acúfenos, por poco que sean importantes y duraderos, pueden ir acompañados al cabo de un tiempo de aparecer, de un estado depresivo reaccional severo, e incluso de dar lugar a pensamientos suicidas, que, afortunadamente, quedan en pensamientos y no en hechos la inmensa parte de las veces.

Una pérdida de audición concomitante con el acúfeno constituye un riesgo de que el paciente se encierre en sí mismo, aislado debido a que no tiene el deseo de comunicarse con los demás por miedo a no entender y a hacerse repetir, y enojado al imaginar que los demás tratan de burlarse de él.

Asimismo los vértigos y los problemas de equilibrio asociados pueden dar lugar a un estado de ansiedad, e incluso de angustia, sobre todo en las personas mayores: temor permnente a la próxima crisis de vértigos, ansiedad por el riesgo de caerse, por ejemplo al atravesar la calle, ansiedad sobre la causa o el mecanismo del acúfeno y sobre la ansiedad de su tratmiento.

¿Porqué hay diferencias de tolerancia al acúfeno entre dos pacientes con un acúfeno similar? ¿Porqué en algunos casos no se alcanza la habituación al acúfeno? ¿Porqué el acúfeno es soportado mejor en unos momentos que en otros? Ciertamente, ahora podríamos explicar una cualidad del cerebro: la plasticidad cerebral y su influencia en las respuestas a las preguntas anteriores, pero en realidad estas respuestas dependen en gran parte del perfiol psicológico del paciente: tendencia a la ansiedad o a la depresión, hipersensibilidad al estrés, carácter irritable o colérico, etc.

Determinadas circunstancias particulares hacen que el acúfeno sea mal soportado. Es el caso de períodos de gran actividad profesional, al recibir una mala noticia o una decepción, o más sencillamente debido a que en la cama cuesta conciliar el sueño a causa del acúfeno.

En cuanto a esta última circunstancia, hay por lo menos 3 razones a tener en cuenta:1. Parece que al acostarse la sangre llega en mayor cantidad a la cabeza y puede aumentar algunos acúfenos; 2. Cuando se está acostado, en general es en silencio y entonces el acúfeno toma más importancia dado que el oido no recibo ruidos exteriores; y 3. Parece que la noche, con su color negro, genera más o menos conscientemente una cierta ansiedad y fenómenos como el acúfeno afectan mucho más.

¿Qué hacer para superar el trastorno psicológico inherente a la mayor parte de los acúfenos? Lo primero que el afectado piensa es en acudir al psicólogo, lo cual suele ser una buena decisión, ya que si no supera los problemas psicológicos ya enunciados no es posible afrontar con éxito cualquier tratamiento de los acúfenos. Otra decisión razonable es tratar de realizar un tratamiento de habituación. Existen distintas terapias que pueden ayudar al paciente a aprender a convivir con los acúfenos. Se trata de la TRT Tinnitus Retraining Therapy y de las TCC Terapias Cognitivo Conductuales de las que hemos hablado en números anteriores, de la autohipnosis sobre la que hemos publicado un texto, etc.