A mediados de enero pasado recibimos el correo siguiente:
Un saludo
Nos pusimos en contacto con el Dr. Ángel Uriarte y nos informó que se iniciaba la preparación del protocolo del estudio y que una vez terminado nos informarían sobre el mismo. Por nuestra parte les explicamos que en su momento informaríamos sobre el estudio a todos nuestros socios que son personas con acúfenos, para que decidieran si les interesaba participar.
Para la realización de un estudio sobre humanos es preciso redactar un protocolo que recoja todas las acciones a realizar, en el que se explique, entre otras cosas, el número mínimo de personas que se precisarán para que los resultados que se obtengan tengan significación estadística, es decir, puedan ser tomados en consideración para sus aplicaciones futuras. Para realizarlo podrán contar con nuestra colaboración informando a los socios.
Una vez preparado el protocolo será preciso que el Comité de Ética del Hospital o de la Institución que apoye el estudio apruebe su realización, ya que sin esta aprobación el estudio no puede realizarse.
Sabemos que varios fármacos derivados del cannabis, naturalmente no psicotrópicos, son de aplicación con buenos resultados en casos de dolor crónico, náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia, síntomas de espasticidad de la esclerosis múltiple, mejora de los trastornos del sueño asociados al dolor crónico y a la fibromialgia, etc. Una cierta similitud entre el dolor crónico y el acúfeno lleva a pensar que estos fármacos pueden ser efectivos en nuestro caso.
Otra información que en su momento deberán facilitarnos es la relativa a la situación legal del cannabis medicinal. Parece que sobre ello hay una nebulosa legal, aunque hay convenios y regulaciones de Naciones Unidas sobre el empleo de estupefacientes en general. En la Ley 17/1967 de Estupefacientes se indica en su artículo 22: No se permitirán otros usos de los estupefacientes que los industriales, terapéuticos, científicos y docentes autorizados con arreglo a la presente Ley. Cabe entender que el estudio sería un uso científico.
Hemos consultado el libro 1.315 Interacciones Farmacológicas que describe interacciones entre fármacos, información importante en un mundo cada vez más polimedicado, y los fármacos descritos por el Dr. Uriarte: Canabidiol (CBD) y Canabigerol (CBG) no aparecen en el libro, lo cual significa que no se han descrito interacciones graves en sus aplicaciones concomitantes con otros fármacos.
En el libro Living with Tinnitus de Laura Cole, aparece un capítulo sobre la marijuana (es el nombre en inglés utilizado en Estados Unidos), en el que explica que se ha reportado su eficacia en el alivio de los acúfenos cuando se emplea el cannabidiol (CBD) que es uno de los componentes de la marihuana. El CBD no es psicoactivo al mismo nivel que el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) que es un componente de la marihuana con efectos psicoactivos potentes. Del CBD se sabe que actúa como antidepresivo, reduce la ansiedad, y es efectivo como antiinflamatorio y en el tratamiento del dolor crónico.
El Dr. Thanos Tzounopoulos (Universidad de Pittsburgh, EE.UU), experto en el tratamiento de los acúfenos, ha confirmado la existencia de plasticidad en el área del cerebro que procesa los sonidos. Parte de su investigación se focaliza en el sistema endocanabinoide, que juega un papel significativo en la plasticidad cerebral siendo el sistema que responde a la ingestión o a la inhalación de marihuana medicinal. Asegura que hay similitudes entre la forma en la que el cerebro maneja el dolor crónico y las adicciones y la forma en la que maneja los acúfenos.
Hasta hoy no ha comunicado resultados concluyentes, pero el Dr. Tzounopoulos tiene en curso una investigación para establecer si la marihuana medicinal podrá reducir la severidad del acúfeno.
Una vez se concreten los detalles informaremos a todos los socios, para que quien quiera participar conozca el contenido y las circunstancias del estudio y pueda decidir su participación a la vista de toda la información disponible.
Al margen de lo anterior, aconsejamos a los lectores que no se automediquen con derivados del cannabis, ya que pueden presentar varios riesgos, entre ellos el de la adicción. Toda prescripción de estos productos debe estar avalada por un profesional en ejercicio.