Hiperacusia

Por la Dra. Martine Ohresser, Otorrinolaringólogo. Traduccido de France Acouphènes por Josep Boronat

La hiperacusia se define como una hipersensibilidad a los sonidos del entorno cuyas intensidades son consideradas tolerables para la persona normal. La sensación puede ir de una simple incomodidad a una sensación dolorosa intolerable.

Afecta alrededor del 2 % de la población, y en la mayor parte de los casos está acompañada de una audición totalmente normal. Puede ser uni o bilateral y el 40 % de los pacientes con acúfenos tienen una hiperacusia. Es un síntoma muy frecuente en los músicos. A menudo, el paciente se habitúa a llevar protectores o tapones en los oídos para protegerse de un entorno sonoro agresivo, y ha llegado el momento de explicarle que es una solución muy mala ya que cuanto más proteja a su oído más intolerante será al sonido de su entorno. El balance acústico del paciente con hiperacusia es habitualmente normal y al realizarlo interesa determinar sus niveles de confort y de incomodidad auditiva que en el paciente con hiperacusia son muy bajos.

En la persona normal, los niveles de confort se sitúan alrededor de 60 dB por encima del nivel auditivo, y en el hiperacúsico se sitúan a 30 ó 40 dB. Los niveles de incomodidad en la persona normal se encuentran a 110 dB aproximadamente, y en el hiperacúsico se encuentran alrededor de 70 dB. Si el tratamiento se desarrolla correctamente se verá progresivamente que estos niveles de confort y de incomodidad aumentan y llegan a los niveles normales.

El tratamiento en único: es la reeducación del oído a los sonidos mediante la utilización de generadores de sonido blanco (que contienen todas las frecuencias perceptibles por el oído humano). Se trata de un sonido muy estable que se parece a un resoplido. Se utiliza con muy baja intensidad para que no sea agresivo. Se indica al paciente que lleve los generadores todo el día a lo largo de 2 ó 3 semanas al cabo de las cuales se aumenta ligeramente la intensidad de los generadores de sonido blanco; y se procede así repetidamente.

Cuando la hiperacusia es reciente, una reeducación de 3 ó 4 meses es suficiente para restablecer un funcionamiento normal. Si la hiperacusia es más antigua, esta reeducación puede ser de 6 a 8 meses. Finalmente, el último mes se dedica a reducir progresivamente la intensidad de los generadores.

En algunos casos pueden existir distintas manifestaciones emocionales asociadas a la hiperacusia. Es el caso de las hiperacusias muy antiguas en las que el paciente tiene comportamientos como: Yo no salgo más por miedo a destrozar mis oídos; la reeducación se hará de forma idéntica a la descrita pero será preciso asociarla a un tratamiento psicológico como la sofrología o alguna terapia cognitivo comportamental como las que se aplican en el acúfeno. Puede darse el caso de que los niveles sonoros de confort y de incomodidad hayan descendido a valores cercanos a los normales pero las molestias persistan, lo cual se debe a fenómenos emocionales asociados. Por ello el diagnóstico y tratamiento de la hiperacusia requieren la actuación de un equipo pluridisciplinar: otorrino y audioprotesista, y en muchos casos psicólogo.