En Apat56 publicamos una información relativa a los ruidos que nos conviene evitar, en la cual señalábamos que la peligrosidad de tales ruidos se decide por su intensidad medida en decibeles. Un lector, con buen humor, nos pregunta si tendrá que comprarse un decibelímetro para conocer en todo momento la intensidad de los ruidos que le rodean. Obviamente, ir con el decibelímetro a cuestas no lo contemplamos nosotros ni nadie, y por ello en la literatura que menciona las intensidades de los ruidos habituales se suele presentar una tabla de intensidad sonora como la que insertamos a continuación.
Debe tenerse en cuenta que se trata de una medición que está influenciada por numerosos factores como la distancia entre el objeto que produce el sonido y el observador, la frecuencia del sonido, si hay o no hay obstáculos entre la fuente sonora y el observador, e incluso la temperatura y la presión del aire. Por todo ello las cifras que se indican son una orientación que creemos suficiente para el propósito expuesto en el artículo publicado.
Origen del ruido | Decibeles |
Respiración normal | 10 |
Movimiento de las hojas de los árboles en el campo | 20 |
Oleaje del mar, suave | 30 |
Biblioteca | 30 |
Habitación en silencio | 40 |
Tráfico ligero | 50 |
Conversación normal | 50 |
Oficina grande en horario de trabajo | 60 |
Conversación en voz muy alta, griterío | 70 |
Tráfico intenso en ciudad | 80 |
Camión pesado en movimiento | 85 |
Aspiradora en funcionamiento | 90 |
Concierto de música rock | 100 |
Claxon de un automóvil | 110 |
Explosión de petardos o cohetes | 110 |
Martillo neumático | 130 |
Avión de reacción al despegar | 150 |
Cañones | 150 |
Cohete espacial durante el despegue | 170 |