LA TERAPIA FÍSICO VASCULAR BEMER

En 2019 recibimos un testimonio de Isabel en el que nos explicaba que había realizado la terapia BEMER para un problema de salud ajeno a sus acúfenos y había observado una reducción notable de la intensidad con la que los percibía. A consecuencia de este testimonio nos pusimos en contacto con el terapeuta que había llevado a cabo la aplicación de dicha terapia, y nos informó sobre sus características. En Apat55 publicamos dicho testimonio y una amplia descripción de la terapia, e incluso un estudio sobre la misma realizado en un hospital de Hungría.

Recientemente hemos recibido un nuevo testimonio sobre la terapia BEMER, en este caso lo ha enviado Mercé, que en general coincide con el de Isabel. Recibieron la terapia BEMER y observaron una mejora en la percepción de sus acúfenos, aunque el tratamiento fue para dolencias ajenas a los mismos. Mercè nos explica:

Hace tiempo me llego información sobre la terapia físico vascular BEMER, en aquel momento me pareció muy interesante y pensé que sin duda podía ser muy beneficioso para mi salud, pero no siendo urgente, me olvidé de ello. Al pasar los años mi salud fue empeorando, y como por arte de magia me volví a tropezar con la terapia BEMER y en este caso al lado de mi casa, me pareció un regalo del cielo. Por aquel entonces mi salud estaba muy tocada, tenía la presión arterial muy elevada y descompensada, además sufría de vértigos, mareos, mala visión y debilidad muscular en general, ¡ah! y acúfeno. Empecé a aplicarme BEMER y poco a poco fui mejorado; a día de hoy podría decir que gozo de buena salud, he reducido la medicación para la presión arterial a la mitad, he recuperado mi estabilidad y los acúfenos han disminuido muchísimo, prácticamente han desaparecido. Aunque no eran mi mayor preocupación, puedo decir que con BEMER y la ayuda de mi fisioterapeuta, he recuperado la ilusión de vivir. BEMER para mí ha sido la solución; la recomendaría sin dudarlo a todo el mundo, porque a todos les va a ir bien, ¡Pruébenla!

Mercé, que está dispuesta a informar personalmente a las personas que se interesen por la terapia (Tel. 617 92 14 55 / merceauri@yahoo.es), nos puso en contacto con su fisioterapeuta Rosina Touriñan del Centro BENNU SALUD situado en la Calle Balmes 353 de Barcelona, que nos informó sobre la terapia BEMER, y para darla se ofreció a organizar reuniones colectivas limitadas a 10 personas para poder explicar sobre la terapia y responder a las preguntas de los asistentes. Para ello transmitimos la propuesta a todos los socios residentes en la provincia de Barcelona y hasta el momento se han realizado dos reuniones y está prevista una tercera reunión, y se organizarán cuantas reuniones sean necesarias para atender a todos los socios que lo deseen. Además, nos dicen que organizarán reuniones vía telemática en los próximos días para que todos los socios, residan donde residan, puedan recibir dicha información.

La terapia físico vascular BEMER no ha sido diseñada para tratar los acúfenos. Su objetivo es mejorar la microcirculación sanguínea, que es la parte funcional más importante del riego sanguíneo en el organismo humano (corresponde al 74% del sistema circulatorio) y se desarrolla en la red de finos capilares sanguíneos, cumpliendo tareas de transporte vitales, siendo la función encargada de entregar nutrientes a los tejidos y órganos, eliminando los desechos celulares y fomentando el sistema inmunitario.

¿Qué hace? Activa la vasomoción, que es el movimiento de bombeo en los vasos sanguíneos más pequeños a nivel precapilar. ¿Cómo funciona? A través de una señal específica de corriente electromagnética estimula la musculatura que envuelve la arteriola (la arteria de menor tamaño). Con el tiempo este movimiento de bombeo se altera y disminuye; y gracias a la terapia BEMER, el cuerpo puede retomar el ritmo de la vasomoción, apoyando la salud de todo el cuerpo y el funcionamiento de sus sistemas, por tanto, es una terapia totalmente sistémica, ya que no está enfocada a resolver una enfermedad concreta, ya que su objetivo es ayudar a los mecanismos de regulación más importantes del cuerpo humano en lo relativo a la prevención y procesos de curación, recuperación y regeneración.
BEMER y el Instituto de Microcirculación de Berlín han investigado en colaboración durante 20 años para encontrar como incidir en la mejora de la microcirculación. La conclusión a la que llegaron es que la clave de una microcirculación óptima está en el movimiento y bombeo de vasomoción. Activando dicho bombeo, se mejora la microcirculación y esta mejoría se mantiene. Es sabido que el origen de más del 80% de las enfermedades catalogadas (alrededor de 45.000) se encuentra en una microcirculación deficiente. Si mejoramos la microcirculación, activamos de manera natural los recursos que posee el cuerpo para sanarse. Dicho de otra manera, si las células de nuestro cuerpo están sanas, nuestro cuerpo estará sano. Si nos aseguramos de que las células estén oxigenadas y nutridas correctamente, y facilitamos la eliminación de los residuos que realizan durante su función, mejorará nuestra salud, lo cual sólo ocurrirá si los sistemas circulatorio y linfático funcionan correctamente.


El envejecimiento natural y nuestro entorno altera la vasomoción y por tanto nuestra salud: estrés, toxinas ambientales, ruido, sobrecarga de estímulos, hábitos poco saludables (como alimentación rápida, alcohol, drogas, mal descanso, sedentarismo…) provocan una progresiva acumulación de toxinas alrededor de las células, que el cuerpo por sí sólo no es capaz de eliminar. Aquí puede empezar a gestarse un proceso inflamatorio sin darnos cuenta, que al cabo de un tiempo (de 10 a 15 años) puede aparecer como síntomas de diferentes enfermedades inflamatorias (artritis, artrosis, reuma, osteoporosis, infarto de miocardio, hipertensión, derrame cerebral, ACÚFENOS…). Los problemas microcirculatorios van a llegar tarde o temprano, en función de nuestros hábitos. Más vale prevenir que curar. Los beneficios que pueden obtenerse y a quién va dirigida la terapia BEMER serán explicados en las reuniones indicadas.

Beneficios que se pueden obtener al aplicar la terapia BEMER. Mejora la vasomoción (el movimiento de los microvasos sanguíneos) y en consecuencia mejoran los propios microvasos, la circulación y la distribución de la sangre. Mejora la circulación linfática. Aumenta la energía mejorando las condiciones física y mental. Relaja el sistema nervioso y colabora a equilibrarlo. Mejora la calidad del sueño, lo que para las personas con acúfenos es muy importante. Relaja la musculatura. Aumenta el rendimiento y la intensidad máxima del esfuerzo durante el deporte, reduciendo el riesgo de lesiones. Reduce y elimina muchos tipos de dolores. Fomenta la curación de heridas y lesiones. Mejora la eliminación de residuos de órganos y tejidos. Reduce la propensión a infecciones. Refuerza la reacción del sistema inmunológico.

También dispone de un aplicador con luz para aplicación externa sobre la piel, aplicable en casos de acné, psoriasis, eccemas y en la cicatrización de heridas.

Se puede utilizar como prevención, mantenimiento y promoción de la salud, y para aumentar el rendimiento físico en el deporte; en procesos de rehabilitación y para acelerar la recuperación de varias enfermedades (fracturas óseas, implantes dentales, disfunciones orgánicas…). Hay resultados espectaculares en su aplicación a pies diabéticos, incluso diagnosticados para amputación, que se consiguen recuperar en pocos meses. En caso de enfermedad constituye una ayuda apoyando la respuesta inmunitaria.

Para ampliar la información anterior pueden ponerse en contacto con: Rosina Touriñán, Fisioterapeuta: Tel. 677504681 / rosina.tourian@bemermail.com