LA TERAPIA MOZART Y EL EFECTO TOMATIS

Nos envía un correo Rubén desde Santiago de Chile:

 Amigos de APAT. He leído una información en internet sobre la terapia Mozart que puede ser aplicada al tinnitus. ¿Conocen esta terapia? ¿Es efectiva? Muchas gracias por su atención. Saludos.  Rubén

Como en el caso de Rubén hemos leído en internet y en libros y publicaciones información sobre la terapia Mozart y el efecto Tomatis, pero no conocemos a nadie que la haya puesta en práctica, y por tanto desconocemos si puede ser efectiva. Tampoco sabemos de facultativos que la recomienden a sus pacientes.

La terapia Mozart es un curioso fenómeno que parece reducir la intensidad con la que se percibe el acúfeno en algunas personas. Obviamente no en la mayoría de las que tienen acúfenos, ya que de ser así sería el tratamiento universalmente más recomendado, puesto que no tiene riesgo ni efecto secundario alguno, no requiere fármacos, no es invasiva y tiene un coste muy reducido, aunque a pesar de estas características tan favorables muy pocas personas han oído hablar de esta terapia.

El efecto o terapia Mozart fue descubierto por un médico francés, el Dr. Alfred Tomatis, que publicó un libro en 1991 en el que se describía y promovía una terapia para tratar la pérdida auditiva y los trastornos de atención, denominada efecto Tomatis, y en 1993 un grupo de investigadores descubrió que estudiantes que escuchaban la Sonata k448 de Mozart durante 20 minutos, tenían a lo largo de los 15 a 20 minutos siguientes una mejora en su inteligencia espacial (la que usamos para aparcar un coche sin chocar o para medir la distancia a objetos lejanos). Para ello formaron 3 grupos de voluntarios, uno de ellos escuchaba la Sonata k448 de Mozart, otro realizaba ejercicios de relajación y el tercero simplemente esperaba en silencio. La sorpresa llegó cuando los voluntarios que habían escuchado a Mozart obtuvieron mejores resultados en el test de inteligencia espacial que los voluntarios de los otros dos grupos. Este estudio fue una de las primeras pruebas sobre la posibilidad de mejorar nuestras habilidades mentales con la música, y al fenómeno se le llamó efecto Mozart (o también terapia Mozart).

¿Existe el efecto Mozart?

La publicación de este estudio dio lugar a que varios grupos trataran de repetir la experiencia para ver si el efecto existía o si los resultados habían sido una simple coincidencia, sin que se obtuvieran los resultados del estudio descrito. Es decir, estos estudios no pudieron confirmar la existencia del efecto Mozart.

A pesar de ello, posteriormente se realizaron 4 estudios para averiguar si la escucha de la Sonata k448 de Mozart podía ayudar a personas con epilepsia, obteniendo significativas mejoras en varios parámetros de este trastorno: menor frecuencia de aparición de crisis epilépticas y reducción de la intensidad y duración de las crisis. Ninguno de estos estudios contemplaba los efectos a largo plazo, es decir, se referían solamente a los efectos inmediatos después de la aplicación del efecto Mozart a los epilépticos. Posteriormente se han realizado estudios más completos para demostrar este fenómeno cuyos resultados aconsejaron poner en práctica la terapia Mozart en pacientes de epilepsia. Este efecto NO es la curación de la epilepsia, ya que los medicamentos contra la epilepsia son más eficaces que esta melodía, pero la Sonata k448 no tiene efectos secundarios y es tan fácil de administrar que interesa tenerla en cuenta.

Hay un misterio que algunos investigadores tratan de descubrir: ¿Por qué esta melodía y no otra?  Se ha probado con piezas de otros compositores clásicos y con otras piezas de Mozart, pero esta sonata es la que produce un efecto terapéutico mayor. Se cree que esta melodía tiene los patrones musicales concretos para disminuir las crisis epilépticas, pero no se sabe por qué. Una explicación sobre el efecto en los epilépticos de esta sonata puede ser que es capaz de cambiar de manera sutil las conexiones de nuestra corteza cerebral inhibiendo la propagación de la señal epiléptica en el cerebro. Esta afirmación, que parece un tanto arriesgada, no lo es tanto si se tiene en cuenta que cada vez que estudiamos, leemos algo, escuchamos las noticias, etc. se modifican algunas de las conexiones neuronales en el cerebro. Está demostrado que la música clásica es capaz de relajarnos y disminuir nuestro estado de alerta, lo que induce a pensar que la escucha de la Sonata k448 puede producir un estado de relajación en el oyente.

En la epilepsia los estados críticos son más frecuentes con el estrés, y todos los que tenemos acúfenos sabemos que el estrés aumenta la intensidad de nuestro acúfeno, lo que sugiere considerar la escucha de esta sonata en personas con acúfenos y estrés elevado. La epilepsia y los acúfenos presentan características neurológicas similares, por lo que no es descabellado pensar que esta terapia que beneficia la epilepsia podría ser útil para tratar los acúfenos.

En un estudio llevado a cabo en Italia sobre el efecto Mozart en pacientes con acúfenos, un grupo de pacientes de 22 a 78 años fueron invitados a escuchar la Sonata k448 de Mozart durante una hora al día a lo largo de un mes. Los pacientes recibieron previamente una sesión de terapia cognitiva conductual así como un cuestionario para determinar la intrusividad de sus acúfenos antes de empezar la terapia. Al terminarla después de un mes de escuchar la sonata una hora al día cumplimentaron el mismo cuestionario resultando un reducción apreciable de la intrusividad de sus acúfenos. El estudio no pudo confirmar si se trataba de una inhibición residual de corto plazo o bien si los resultados se mantenían en el tiempo.

Posteriormente el estudio se amplió. Durante un mes escucharon la referida sonata de Mozart una hora al día, y en el mes siguiente escucharon la sonata de Beethoven Für Elise (Sonata para Elisa) obteniendo resultados similares a los anteriores.

Si a usted lector le gusta escuchar música clásica, le sugerimos que a lo largo de un mes pruebe de escuchar la Sonata k448 de Mozart durante una hora diaria; y después pruebe el mismo tiempo con la Sonata Für Elise de Beethoven. No podemos garantizar resultado alguno, pero es seguro que escucharlas no tendrán efecto secundario nocivo alguno, no serán invasivas y tendrán un coste prácticamente nulo.

Ambas sonatas las encontrará con la ayuda de Google, y podrá descargarlas en su ordenador, en su Mp3 o en su teléfono móvil. Tenga en cuenta que la Sonata k448 es la Sonata a dos pianos en Re mayor, que Mozart compuso a los 25 años para interpretar junto a la pianista Josephine Von Aurnhammer. La Sonata Für Elise de Beethoven la encontrará por este nombre sin la menor dificultad.

Al conocer esta información realicé la práctica descrita: escuchar una hora al día la Sonata k448 de Mozart o Sonata a dos pianos en Re mayor. En Google se pueden encontrar varias interpretaciones de esta Sonata. Escogí un video cuyos intérpretes son los pianistas Daniel Barenboim y Martha Argerich que dura 25 minutos, y no he fallado ni un solo día a lo largo de 40 días. Algunos días fueron 50 minutos (dos pases) y otros 75 minutos (3 pases); siempre la he escuchado como sonido de fondo, es decir, he estado haciendo otra actividad simultáneamente a la escucha. Desconozco si esta forma de escucharla es la que hicieron los participantes en los estudios descritos cosa que no aparece en la información transcrita ni hemos podido averiguar, o bien si habría que escucharla con plena y exclusiva atención a la música.

Yo tengo un acúfeno variable en cuanto a su intensidad, hay días en los que me cuesta mucho dejar de percibirlo, y otros días en los que paso horas sin tener noticia de mi acúfeno aunque sé que sigue sonando. La escucha de la Sonata k448 de Mozart no ha modificado en absoluto mi percepción del acúfeno, sigo con su variabilidad en cuanto a su percepción y con idéntica intensidad. Como ocurre con todas las terapias que se proponen para aliviar los acúfenos, esta terapia puede ser eficaz para unas personas y nula para otras, por lo que nadie debe tener en cuenta mis resultados. En todo caso puedo asegurar que no he perdido el tiempo, escuchar a Mozart interpretado por dos grandes pianistas ha sido un verdadero placer, prueba de ello es que no he tenido que hacer esfuerzo alguno para ponerme a escuchar. Además, esta terapia ni tiene el menor riesgo ni tiene coste alguno, y puede realizarse en casa sin desplazarse.

Para concluir, si alguien se decide a realizar esta terapia le rogamos que nos informe sobre los resultados que pueda observar. Saludos cordiales a todos.

Josep Boronat Domingo