Me he recuperado del tinnitus, si, he tenido suerte. O quizás no sólo suerte sino también una firme convicción de que mi cuerpo estaba queriendo comunicarme algo importante y tenía que escucharlo. Más allá del tipo de tinnitus que nos diagnostiquen, en mi experiencia sé que nuestro cuerpo nos habla de nosotros mismos, nos muestra situaciones no resueltas, nos da la posibilidad de verlas con claridad para comenzar a resolverlas. Vaya coincidencia, o no, que el oído tiene la función de la escucha. Sé que esta no es una forma convencional de hablar sobre el tinnitus, pero como me ha dado resultado a mí, tomé el desafío de comunicárselo a otras personas, con la confianza de que pudiera ayudar también a otros a transitar este camino.
Ya han pasado dos años desde que mi oído derecho comenzó a sonar como una alarma en diciembre de 2019, cuando todavía vivía en la Patagonia Argentina. Primero sentí dolor, luego el oído tapado, mareos repentinos y un pitido constante. Me sentía desahuciada, completamente perdida y paralizada porque lo único que había escuchado de un colega era que el tinnitus no tenía vuelta atrás. Y esta es la cuestión del escrito que les entrego hoy.
¿Es cierto en todos los casos que el tinnitus no tiene salida?
Sólo por un momento les pido que hagamos el siguiente ejercicio: indíquenle a su mente que ponga en duda todo lo que escuchó o conoce sobre el tinnitus/acúfenos. Dudemos por un instante de lo que nos han dicho otras personas, otros médicos, otros profesionales, lo que hemos leído y los videos que hemos visto en youtube… hagamos el pequeño ejercicio de poner en duda toda esta información por un momento… sólo por un instante… Ahora con la mente más despejada y abierta, ¿puedes creer en la idea de que el tinnitus tenga una posibilidad de recuperación/mejoría/cura?
Sabemos que todos los cuerpos y todas las experiencias que vivimos son únicas porque no hay ningún ser humano igual a ningún otro ser humano. Nuestra experiencia es irrepetible. No todos enfermamos por las mismas razones, por más que tengamos los mismos síntomas; repito: mi cuerpo habla de mí, y tu cuerpo habla de tí y la manera en que se comunica el cuerpo es única y debe ser descifrada, por sobre todas las cosas, por la persona que habita ese cuerpo.
Al igual que el 15% de la población mundial que sufre de este síntoma, comencé por visitar al otorrinolaringólogo y realizarme una audiometría. El estudio salió completamente normal y no encontraron rastros de que algo estuviera funcionando mal o que por lo menos no algo observable dentro del consultorio. Quizás debería haberme sentido contenta con estos resultados pero la realidad fue que salí con más miedo y más preguntas. Sentía que el trato del médico había sido muy frío, lejano, poco humano, casi no hablamos, ni recibí información de calidad o pasos a seguir para sentirme mejor. Pero al tiempo decidí que utilizaría toda esa bronca y miedo para ponerme en marcha e investigar por mi cuenta cómo sanarme.
En todo este proceso de aproximadamente 9 meses descubrí que mi cuerpo estaba muy ansioso, sentía mucho estrés y que toda esta sobreactivación de mi sistema nervioso influía directamente en el volumen o persistencia del tinnitus. Entonces, elaboré una rutina propia a partir de lo que iba investigando que podría influir o causar el tinnitus, y armé una serie de prácticas que realizaba todos los días: Comenzaba el día con una meditación guiada con el piano, utilizando las meditaciones guiadas que yo misma había grabado para otras personas. Al igual que una prescripción médica, las realizaba dos veces por día, todos los días, por la tarde y antes de ir a dormir. Segundo, realicé una rutina de yoga estricta de media hora por la mañana o por la tarde sin falta. Al tiempo me di cuenta que el tinnitus también se reducía durante la sesión de yoga. Mi estado de ánimo comenzó a mejorar ampliamente y disfrutaba de algunos momentos de paz. Tercero, mejoré mi dieta, consumiendo más agua, más alimentos crudos y verdes, reduciendo alimentos ácidos y siguiendo una dieta alcalina, reduciendo ingesta de alcohol, café, harinas blancas refinadas y azúcares. En conjunto, comencé a desintoxicar mi cuerpo tomando dióxido de cloro, tal como me había indicado mi médico de cabecera. No sólo desintoxiqué mi sistema por pequeños cambios en mi alimentación sino que cambié mis hábitos vinculares y de trabajo, reduciendo el excesivo contacto social, ya que como música y psicóloga, es frecuente en mí estar rodeada de gente, tocando como dj o en reuniones sociales. Pasé más tiempo a solas, escribiendo, observándome…y entre medio de los conciertos no escuchaba casi música, para permitirles a mis oídos que descansen. Por las noches retorné a la rutina de dormir al menos 8 hs, cancelar planes nocturnos o matinales sin excepción, para priorizarme por primera vez a mí misma. Frenar, limpiar y nutrir. También comencé a protegerme los oídos con tapones con filtro, tal como el médico me había recomendado que hiciera, y me sentía más tranquila al salir a tocar. En cada evento que tocaba como dj y cantante, tomé consciencia de los excesivos volúmenes a los que estamos expuestos todo el tiempo, en una ruidosa ciudad o en un concierto de rock o música electrónica: ni nos damos cuenta de lo sensible que es el oído y de lo rápido que puede ocurrir el daño o el aviso antes de que aparezca el tinnitus.
Luego de un año de tratar con todo esto, decidí salir a hablar y contar mi historia: recibí mensajes de personas de todas las edades y de todo el mundo, expresando que estaban pasando por lo mismo y pidiendo mi ayuda y consejo. La magnitud de la respuesta me hizo pensar. ¿Por qué hay tanta desesperanza en relación a este síntoma? ¿No será esa desesperanza o creencia en la no cura, una causa de que las personas no mejoren? ¿Hay poca difusión de casos exitosos en el mundo del tinnitus por miedo a darles falsas esperanzas a los pacientes? ¿Puede tener relación con que la industria farmacéutica aún no ha fabricado un remedio para curar el tinnitus? Me lo sigo preguntando…
Para ir cerrando mi reflexión, les cuento que luego de 9 meses el ruido desapareció, o se fue al fondo de mi oído, lo cual ahora realmente da igual, porque el punto clave de este proceso que viví, es que le he perdido el miedo al tinnitus. Y esto es un punto clave en todos los que lo vivimos. Confío plenamente en las herramientas que elegí y por eso comencé a guiar a otros en sus procesos, por medio de sesiones individuales donde les doy prácticas de meditación guiada en piano, ejercicios corporales y una mirada consciente desde la bioneuroemoción para que cada paciente se reencuentre consigo mismo y recobre su salud(1). La semana pasada finalicé mi primer grupo de Sanación y Oidos, gracias al apoyo de Femnoise(2), donde comprobé una vez más la importancia de apoyarnos entre nosotros para sostener los nuevos hábitos, compartir información de calidad y sobre todo comprometernos con nuestro proceso de recuperación. Es muy potente lo que se vivió en este grupo.
Agradezco a APAT por este espacio para comunicar mi experiencia e investigación, que confío ampliará la mirada sobre el ser humano y los procesos de salud/enfermedad en relación al tinnitus.
Muchas gracias.
Lic. Violeta Reynal, Psicóloga especialista en mindfulness, pianista, Dj, cantante.
Tel. +34603614256. Correspondencia: violetareynal@gmail.com
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(1) Puedes ver más videos y entrevistas sobre tinnitus en su Instagram @bioviolet
(2) Femnoise es una organización internacional sin ánimo de lucro que tiene como objetivo aumentar la participación activa de las mujeres y disidentes en el desarrollo de las comunidades locales, rurales y urbanas en los ámbitos de la cultura, la educación, la tecnología y las industrias creativas. Véase el curso realizado en su plataforma: https://www.femnoise.com/courses/sound-healing-oidos/