¿QUÉ ES UN TRAUMA ACÚSTICO?

¿QUÉ ES UN TRAUMA ACÚSTICO?

Es una agresión al oído interno causada en la mayoría de los casos por la exposición a un ruido de alta intensidad. Puede ocurrir después de la exposición a un único sonido de muy alta intensidad o a la exposición a un ruido intenso durante un largo período tiempo. Tenemos pocos testimonios del primer caso: explosiones, ruidos de petardos muy cerca del oído, etc., y muchos más del segundo caso: obreros en ambientes ruidosos sin protección, aficionados a la música que la perciben con alta intensidad, etc.

También algunos traumatismos en la cabeza pueden dar lugar a un trauma acústico; y la perforación del tímpano es otra causa, ya que protege a los oídos medio e interno y su ruptura altera su función de transmitir mediante sus vibraciones la percepción de los sonidos.

Tipos de trauma acústico

Si existen síntomas de trauma acústico, debe diferenciarse entre trauma ocurrido súbitamente y trauma consecuencia de percibir ruidos intensos durante largos períodos de tiempo. Son dos tipos distintos de trauma acústico que requieren tratamientos distintos.

¿Quiénes están en riesgo de sufrir un trauma acústico?

Las personas con un riesgo elevado de sufrir trauma acústico son: trabajadores de industrias con equipos ruidosos por largos períodos de tiempo y trabajando sin protección acústica; las personas que viven en ambientes muy ruidosos; asistir con frecuencia a conciertos o a eventos similares con música a elevada intensidad; militares y policías en acción, cazadores, etc.

En muchos países, y España no es una excepción, existe legislación relativa a la protección del ruido en ambientes laborales, que trabajadores y empresarios están obligados a cumplir.

En general, están en riesgo todas las personas que están continuamente en ambientes ruidosos de alta intensidad sin protección acústica, cuando se trata de ruidos que superan los 85 decibeles. Para poder saber si el ruido escuchado habitualmente supera los 85 decibeles, sería una buena medida que alguien le haga escuchar un ruido de esta intensidad para que tenga una idea de la misma, que le permitirá decidir si el ruido que escucha habitualmente supera esta intensidad. También puede saberse por comparación con los niveles de intensidad sonora que se muestran en la tabla que sigue. Por debajo de 70 decibeles, que es el nivel promedio estimado de una conversación en grupo, no hay riesgo de trauma acústico.

Hay tres factores a tener en cuenta en cuanto a la exposición al ruido que pueden influir en el trauma acústico: 1. La intensidad del sonido que se mide en decibeles. 2. La frecuencia del sonido medida en hertz. Las frecuencias agudas (altas) son más dañinas que las frecuencias graves (bajas). 3. El tiempo total en el que una persona está expuesta al sonido.

 

ESCALA DE INTENSIDADES SONORAS

 Respiración tranquila: 10 dB

Biblioteca:  20 dB

Conversación: 35 a 40 dB

Aglomeración de gente:  60 dB

Aspiradora:  70 dB

Tren en marcha:  80 dB

Tráfico muy activo:  90 dB

Perforadora eléctrica:  100 dB

Concierto:  100 dB

Fuegos artificiales:  110 dB

Avión despegando:  130 dB

 Umbral de dolor:  140 dB

 Erupción del volcán Karakatoa, a 50 km de distancia:  170 dB

Explosión nuclear:  190 a 200 dB

 Debe tenerse en cuenta que la sensación sonora es subjetiva, dependiendo de distintas circunstancias:

distancia al objeto emisor, dirección del viento, estado de la persona, etc.

 Síntomas de un trauma acústico

El síntoma de un trauma acústico más común es la pérdida auditiva. La agresión tiene lugar al nivel del oído interno. Las células ciliales (que transforman la vibración ocasionada por el sonido en una corriente que llega al cerebro) pueden perder su conexión con las neuronas responsables de la audición. Las estructuras del oído también pueden ser dañadas por ruidos muy intensos. Ruidos por encima de 130 decibeles pueden dañar el órgano de Corti que es el micrófono natural del oído.

La agresión acústica puede dañar el tímpano y sus músculos tensores. En la mayoría de los casos de daño en el oído interno, se empieza a tener dificultades para percibir los sonidos de alta frecuencia (agudos), y la dificultad para percibir los sonidos de baja frecuencia (graves) ocurre posteriormente. Por ello, el facultativo debe hacer un test sobre las respuestas a distintas frecuencias del sonido para determinar la extensión del trauma acústico.

Uno de los más importantes síntomas producidos por el trauma acústico es el tinnitus, que es la percepción de un sonido que no tiene una fuente exterior que lo produzca. La naturaleza del sonido del tinnitus es muy variada, ya que la persona que lo percibe puede asimilarlo a silbidos, ruido de máquinas funcionando, ruido de escapes de gases, etc.

Las personas cuyo tinnitus es de intensidad baja o moderada solo lo perciben en espacios silenciosos, ya que cualquier ruido habitual enmascara su percepción. Cuando la intensidad es elevada la percepción del tinnitus es continuada y la persona precisa ayuda profesional para superar la situación.

Algunos tinnitus pueden ser consecuencia de los efectos secundarios de un fármaco o generados como respuesta al estrés de la persona. En todos estos casos el tinnitus puede ser precursor del trauma acústico, aunque no haya sido inducido por sonidos de intensidad elevada.

El tinnitus puede ser temporal o crónico. Este último tipo de tinnitus induce a sospechar la existencia de un trauma acústico.

Diagnóstico del trauma acústico

El facultativo preguntará a que tipo de ruidos el paciente ha estado expuesto a lo largo de su vida, y la respuesta será una ayuda para el diagnóstico. Habitualmente realizará un test conocido como audiometría para detector signos de trauma acústico, en el que el paciente será expuesto a sonidos cuya intensidad y frecuencia irán variando para conocer con seguridad lo que el paciente puede o no puede entender.

Tratamiento del trauma acústico

La pérdida auditiva puede ser tratada pero no curada. El médico puede recomendar el empleo de audífonos. También se dispone de implantes cocleares que tratan de reforzar la acción de la cóclea dañada por el trauma acústico, y que requieren una intervención. El médico también podrá recomendar la utilización de protecciones acústicas de las que hay distintos tipos.

Estas protecciones deben ser parte del equipo de protección que las empresas deben ofrecer a los trabajadores que están en áreas muy ruidosas por largos períodos de tiempo.

El médico podrá prescribir algunos fármacos en casos de trauma acústico agudo. Al margen de todo ello le prescribirán protección para el ruido para evitar el empeoramiento del trauma acústico.

Una vez sufrido el trauma acústico y la pérdida auditiva consecuencia del mismo no pueden curarse. La protección de los oídos ante ruidos intensos y limitar el tiempo de exposición a dichos ruidos pueden ayudar a mantener la audición. Solo un especialista; un otorrino o un audiólogo puede determinar cuáles son las mejores opciones de tratamiento en cada caso.